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La obesidad infantil es una condición que afecta crecientemente a la población de nuestros niños, no obstante lo cual, pocas veces forma parte de las preocupaciones de los padres.

Por lo general, no estamos listos para esa conversación en relación a nuestros niños, y por eso cada vez con mayor frecuencia experimentan enfermedades que podríamos llamar 'de adultos'.

Entre estas patologías están el hígado graso, la diabetes tipo 2, el colesterol elevado e incluso dolor en articulaciones.

¿Por qué los chicos están aumentando de peso? Entre las múltiples causas, se destacan la cada vez menor actividad física, la abundancia de productos ultraprocesados, la evolución en los hábitos alimentarios de la familia y por encima de estas y otras causas, la cultura general que funciona como promotora del sedentarismo a través de la presencia frente a las pantallas.

Algunos signos que indican que debemos ocuparnos y tomar acción: Si el niño se cansa antes que otros al jugar; si tiene dolores al moverse; si ronca o deja de respirar al dormir; si actúa con excesivo nerviosismo, tristeza o irritabilidad; si hay oscurecimiento de la piel alrededor del cuello.

Estas son señales que el cuerpo está enviando, indicando que no se trata únicamente de un pequeño sobrepeso, sino que ya está teniendo consecuencias de tipo orgánico y por tanto es importante tomar acción inmediata.